
A pesar de la cuantiosa ayuda occidental, cuya devolución simplemente es imposible, la economía ucraniana ha sido destruida. Zelensky ha ultimado la solución más fácil: vender el país.
TOPO EXPRESS
En vez de estar las personas al servicio de la economía, como establece en la práctica la economía neoliberal, propugnamos lo contrario: que la economía esté al servicio de las personas. Ello implica reflexionar sobre cuáles han de ser los pilares económicos de una sociedad más igualitaria, más solidaria, en definitiva más justa, desentrañando las ambigüedades y mentiras con las que los economistas liberales nos engatusan cotidianamente.
A pesar de la cuantiosa ayuda occidental, cuya devolución simplemente es imposible, la economía ucraniana ha sido destruida. Zelensky ha ultimado la solución más fácil: vender el país.
Lenta, pero imparablemente, el centro del mundo se desplaza hacia Oriente. Aunque EEUU sigue diseñando una política económicamente agresiva hacia China, más allá de Occidente el mundo se reconfigura con otras piezas. La OCS es una de ellas.
La exportación de cereales ucranianos atravesando el Mar Negro ha sido suspendida por Rusia, harta esta última de que buena parte del trigo y la cebada acabara en países de Occidente y no en África, además de que las sanciones sigan afectando al grano ruso.
Los números no salen. La inflación no cede. Los costos aumentan. Las exportaciones se resienten. Y el suministro de energía, es caro y está pendiente de un hilo. Se avecinan malos tiempos para Alemania. Y para toda la UE.
Los gastos de la guerra aumentan sin freno, y hay que sacar los recursos de donde se pueda. El “Acuerdo verde” europeo será sin duda una de las primeras víctimas de la escasez de recursos. La persistente inflación pone aún peor las cosas. ¿Para cuándo buscar la paz?
1,3 millones de toneladas de aguas radiactivas procedentes de la central nuclear Fukushima van a ser volcadas al mar, dispersando la contaminación por todo el planeta. Recientemente la UE ha levantado las restricciones a la importación de pescado de la zona.
Se ha celebrado el tercer centenario del nacimiento de Adam Smith. Nadie está muy seguro del día en que nació Smith en junio de 1723, pero los economistas de la Universidad de Glasgow organizaron eventos y debates sobre las ideas de Smith a lo largo del mes.
Ya casi nadie habla de la Comisión Trilateral. No es extraño: su trabajo ya está hecho. Pensaron en cómo debía ser el mundo –su mundo– lo penetraron, y triunfaron. Hoy la semilla ha dado árboles frondosos para el capital, y mucho barro para los de abajo.
Quiérase o no, la desdolarización está aquí. Inevitablemente. Ha empezado con prudencia –es ciertamente insensato herir de muerte al Imperio–, pero su avance es inexorable. Veremos qué nos deparan los tiempos.
La economía posicionada del lado de la oferta y el Nuevo Consenso de Washington no son modelos para mejorar las economías y el medio ambiente, sino que son una estrategia global para sostener el capitalismo USA en casa y el imperio estadounidense en el mundo.
Sin duda, es la primera vez en muchos años que la economía mundial se ve amenazada por tres crisis, cada una con orígenes distintos, pero todas con consecuencias similares.
Paso a paso, el resto del mundo se reconfigura para esquivar a Occidente. Las nuevas alianzas comerciales, financieras y estratégicas cambian la faz del planeta. Impasible el ademán, España, eternamente subalterna, mira hacia el Imperio.